Las primeras proyecciones de los Lumier consistían en vistas de la realidad, planos generales de temas cotidianos sin nigún tipo de montaje, grabados con una cámara fija muy estática. Algunas de sus tomas de vista más conocidas son "Salida de los obreros de la fábrica", "Llegada del tren" o "El regador regado". Aunque a ojos del espectador moderno acostumbrado a cierta agilidad narrativa estas tomas pueden resultar muy largas y lentas, en innegable que poseen cierto ritmo y un montaje interno conferido por las propias acciones de quienes aparecen en escena.
Rememorando estos primeros pasos del cine, se propone como primer ejercicio la grabación de una toma de vista con el propio teléfono móvil, con la condición de que la cámara esté relativamente fija y no haya ningún tipo de montaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario